jueves, 16 de julio de 2015

EL PELO MISTERIOSO

*Este texto fue creado a instancia de la propuesta de dos chicos de primaria, alumnos en mi lugar de trabajo. Gracias Mateo y Emiliano.

Una noche don Rodrigo, tras regresar de su trabajo, se paró frente al espejo y notó que su barba estaba crecida. Se miró un par de minutos y se dijo: "Está bien. Es cómodo y me abriga. Dejaré que la barba siga creciendo". El cansancio esa noche lo venció y se durmió, sin darse cuenta, mirando la televisión.
Temprano, a la mañana siguiente,  se escuchó al gallo anunciar la salida del sol. Era tiempo de levantarse, arreglarse y desayunar para ir a trabajar. Parado frente al espejo, en el baño, don Rodrigo quedó pensativo. Dudó un instante. Estaba muy seguro que en la noche tenía la barba crecida; sin embargo, ahora no existía rastro de ella. Se fregó los ojos y se dirigió hacia su dormitorio. Sobre la mesita de luz, del lado derecho, junto a un libro y dentro de un recipiente como un plato hondo, había pelos de barba. Su barba. ¡No podía ser! Era muy extraño.
Don Rodrigo, pensativo, se fue a trabajar.
Finalizada su jornada de trabajo don Rodrigo volvió al hogar. Hizo lo de costumbre y nuevamente se quedó dormido mientras miraba un programa televisivo. Cuando despertó en la madrugada se tocó la cara y su barba estaba allí. Pero le faltaban los cabellos en la cabeza.
̶  ¡No puede ser! ¡No puede ser! Esto no está pasando. Cerró los ojos y dio vueltas en su cama buscando una explicación. Pero nada tenía sentido. Volvió a dormirse.
Al siguiente día, al levantarse, no se miró al espejo. Se vistió y salió corriendo a trabajar. En todo momento evitó los espejos, los vidrios, cualquier superficie que le devolviera la imagen de su rostro. Al llegar a su lugar de trabajo, sus compañeros no pudieron evitar expresarse... "¿Qué te pasó? ¿hiciste una promesa? ¿Por qué te pelaste?" –le preguntaron. No supo qué decir, él no lograba entender lo que sucedía.
Pocos días después, justo un segundo después de  levantarse, de un brinco de la cama, fue corriendo a mirarse al espejo del baño. Su sorpresa fue grande. Una sonrisa amplia estaba dibujada en su rostro. Y sin embargo, volvería a tener problemas para explicar, cómo sus cabellos, al igual que  su barba estaban tan crecidos. El espejo le devolvía la imagen con barba y cabellos que conocía.  Se sintió feliz... Pero confuso.
Pedro Buda
                                                                                                                                                     2015         
Don Rodrigo frente al espejo

jueves, 2 de julio de 2015

Cuento: La Gallega




El relato que les dejo seguidamente me llegó por vía de don Prudencio. Él es un hombre mayor, que aparenta más edad -por lo profuso de su cabellera encanecida.  Es un tipo activo, tranquilo y de actitud muy respetuosa siempre. Posee un uso cuidadoso de sus palabras, como haciendo honor al nombre con el que fue bautizado.
̶̶ Sabiendo que usted escribe - me dijo un día mientras se acercaba a la ventanilla donde atiendo al público, en la galería de tiendas donde paso mis ocho horas cumpliendo con el perfil de la población económicamente activa-  es que deseo contarle algo un tanto jocoso, según mi manera de ver. Usted sabrá qué hacer con eso.
̶ ¿ De qué se trata don Prudencio?  
̶ Mire, don Roque, es que en las oficinas donde trabajo, somos muchos. Y para controlar el horario de las entradas y salidas de cada quien, incorporaron una maquinita parlante.
̶ ¿Maquinita parlante? Cuénteme... ¿de qué diablos habla usted?
̶ Sí, sabía que le iba a interesar. Mire, la máquina está diseñada para reconocer las huellas dactilares de los empleados. Y entonces, a partir de allí, es que registra, "la maquinita parlante", las entradas y salidas del personal. Pero... la cosa es que no siempre funciona bien. Y además habla.
̶ ¿Habla? Bueno, bueno. ¡Qué adelanto tecnológico!
̶ Sí, mire. No se ría. <<Está programada –dicen los técnicos que la instalaron- para que ante el reconocimiento o no de la huella emita una expresión pregrabada>>.  La emisión sonora que se oye es de una voz de mujer con acento, claramente, de española. Como si no hubiera criollas para estos menesteres.
̶ Bueno, pero es como las que hay en distintas partes, como en los aparatos que ahora tienen los taxímetros, esas guías satelitales. ¿Pero, por qué es esta particular?
̶ A eso voy, a eso voy.  Quizás en el hecho de oír esa voz humana, uno identifica a la maquinita parlante no como tal, sino como a una persona. Y por ello, cuando las personas hacen uso del aparato le contestan.
̶ ¿Le contestan?
̶ Sí... Aunque no lo crea. Cuando no reconoce la huella de alguien emite una frase: "Lo siento, marque nuevamente" Y ahí, justo en ese momento, los empleados empiezan a proferir todo género de locuaces insultos. Que gallega esto, gallega lo otro, y van aplicando el dedo sobre la iluminada en verde superficie, cada vez con mayor ahínco, con más vehemencia. Y a cada prueba con error de verificación sucede el mismo discursito, una y otra vez, mientras pasan los segundos que parecen eternos. Imagínese que eso se repite en casi todos los empleados, por lo que en determinados momentos, en las horas de entradas o salidas, en las que suelen coincidir unos cuantos, conlleva a la formación de una fila donde los que esperan su turno empiezan a levantar temperatura, incluso antes de colocar su superficie dactilar sobre la iluminada verdosa zona de la máquina parlante.   
Cuando finalmente la huella es identificada, la máquina deja escapar un... "Gracias".
̶ Interesante...
̶ Interesante es el cúmulo de cosas que le responden a la máquina, tales como: "Gracias gallega"; "que te garúe finito"; "hasta la vista nena" o simplemente "maldita pe...".
̶ Entonces, se divierten gratis...
̶ ¡Qué va! Pero más de uno, después de varios intentos y parados enfrente levantan una mano, como para darle una bofetada, cual si fuera una humana presencia.
Lo interesante entonces –según contó don Prudencio- es el rato que se pasan maldiciendo a la máquina, a la cual llaman "La gallega".
Pedro Buda
2015
*Aclaración: Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia. 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...